Todas por una y una por todas

Actividad para reflexionar sobre las necesidades del grupo y sus satisfactores, dando lugar a la creación de un espacio cooperativo, como una alternativa a la sociedad del consumo, para poder satisfacerlas. Edades: Recomendada para jóvenes entre 17 y 21 años.

Necesidades humanas, satisfactores.

1 hora en media (primera parte), segunda parte a demanda del grupo.

Los monitores o monitoras empiezan explicando brevemente al grupo cuáles son las nueve necesidades humanas según Max-Neef. La primera parte de la actividad empieza con una reflexión individual sobre cómo/ dónde/con quién cada persona satisface dichas necesidades. Las escribe en un papel.

A seguir se hace una puesta en común en grupo para compartir cuáles son sus principales necesidades. El grupo debe tomar consciencia de que cualquier persona tiene las mismas necesidades que otra, independiente del contexto cultural, social o económico donde haya crecido y vivido. Cuando se comente la manera de satisfacerlas, verán que es aquí donde
pueden diferenciarse. Los monitores o monitoras explican entonces el concepto del sistema piramidal de las necesidades y el sistema circular en base a dos imágenes
(en anexo), introduciendo el concepto de los satisfactores sinérgicos, es decir, aquellos que son capaces de atender a más de una necesidad a la
vez.

De esta manera, las respuestas que han dado sobre cómo satisfacen sus necesidades estarán más relacionadas con la construcción de un sistema EGO (piramidal) o de un sistema ECO (circular). Los monitores o monitoras deben invitar a las personas participantes a que reflexionen sobre si hay otra manera de satisfacer sus necesidades y que sean más respetuosas con el medio ambiente y con la sociedad.

Tras esta reflexión cada participante elige una necesidad que no tiene cubierta (o no la tiene cubierta del todo) y plantea qué necesita para satisfacerla, dentro del sistema ECO. Cuando todas las personas hayan finalizado, cuentan al gran grupo y escriben sus planteamientos en un papel continuo. Entre todas las personas se debate la manera se satisfacer esta necesidad y cómo lo pueden hacer de forma colectiva. Tras finalizar el debate, los monitores o monitoras analizan los resultados y pueden dar algunas ideas para apoyar al grupo:

• La creación de un Banco del Tiempo: un sistema de intercambio de servicios por tiempo. En él la unidad de intercambio no es el dinero habitual sino una medida de tiempo, por ejemplo, el trabajo por hora. Es un sistema de intercambio de servicios por servicios o favores por favores.
• Intercambio de recursos: intercambio de recursos y objetos entre las personas del grupo. Por ejemplo: no todos necesitamos tener un trompo en casa, un objeto que usamos dos o tres veces al año, como mucho. Su uso puede ser rotatorio entre el grupo. Otro ejemplo: En un mismo vecindario las personas de cada casa emplean más de una diaria a cocinar, sí cada casa hiciera comida una vez a la semana para otras 7 casas y repartiera la comida, el resto de días de la semana recibiría esa comida y habría ganado más 6 horas a la
  semana para otras actividades.
• La creación de una Tontine al estilo africano: con la creación de un fondo común por si algunas actividades requieren de la adquisición de algún material que no se pueda conseguir fácilmente.

Una vez vistas las alternativas, en esta misma sesión o una posterior (si fuera necesario para analizar en casa las posibles alternativas y que podemos ofrecer), el grupo pasará a realizar una planificación en la que se consiga que estén todas las necesidades expresadas por cada persona. Como el grupo va intentar colaborar para la consecución, también deben escribir las personas implicadas en cada proceso o de donde proviene el material necesario y, por último, un calendario con el que poder planifi car en el tiempo la consecución de cada necesidad.

Como recomendación es bueno elegir una fecha de finalización del proyecto donde se puede crear un espacio de celebración, evaluar y celebrar el esfuerzo.